Marian Quintillá. Nacida en Tornos (Teruel). Nómada durante mucho tiempo. Autora del libro de poemas ‘El jardín incandescente’ (Parnass Ediciones, 2023). Publica regularmente poemas en la Revista de Literatura Alga desde 2016. Disfruta de participar en lecturas y recitales poéticos, convencida de que la poesía alcanza su plenitud al ser compartida en voz alta. Creadora y administradora del blog de poesía ‘Que la vida iba en serio’. Trabaja como psicóloga y neurofisióloga. Vive entre Barcelona y Zaragoza desde 1995.
SILOS
LA NIÑA AZUL
LLAMARADA DE OTOÑO
EL HALCÓN
ESTA INQUIETUD BRILLANTE
CANCIÓN PARA LOS NIÑOS EN CINCO ESTROFAS
LA ALQUIMIA Y LA BELLEZA
Nº88-89
A ARIADNA
ACTO DE FE
HACIA LAS HORAS CUMPLIDAS
QUÍMICA SILENCIOSA
ALGA nº86
TORNOS
TODAS LAS RISAS
ALGA nº85
EN EL BOSQUE PROFUNDO
EL SALTO
ALGA nº84
LOS ASESINATOS QUE NO COMETÍ
COMO SI HUBIERA AIRE
ALGA nº83
REVOLUCIONES
ESBOZO DE UN PASO
ALGA nº82
LA NÁYADE
EL TUÉTANO DEL RUIDO
ALGA nº81
Así me voy matando un poco cada día
La carne de la carne
ALGA nº80
EL ANIMAL
CÓMO PUEDO DECIR QUE SOY FELIZ
ALGA nº79
EL RONIN
A ESTAS ALTURAS
ALGA nº78
PLENITUD
PADRE
ALGA nº77bis
ABISMO
DESAFIAR
ALGA nº77
VEO LLEGAR TU ESENCIA Y PERMANEZCO
EL TELÉFONO
ALGA nº76
ABISMO
Demasiado.
Me desgarrará el pecho si lo dejo brotar
sin contener su fuerza.
Se me va el alma
¿Entiendes?
Se me va el corazón de infancia
capaz de amar y amar...
¿No le ha enseñado nadie
las reglas de este juego?
Para qué tantos años desentrañando fábulas,
si lo rozan y salta igual que un cervatillo.
¿Resistiré su pálpito?
Esta tarde, el dolor y la alegría llenan la misma copa.
Y yo, si pudiera,
lloraría una inmensidad sin límites,
un alarido desprovisto de rumbo,
un alud de emociones que me desmiembran
como cuatro caballos
hacia los cuatro puntos cardinales.
Qué terrible destino ser humano
y no poder zafarse.
Qué terrible vivir un sino de animales
con corazón de dioses.
DESAFIAR
Desafiar. Lanzarse sobre la desventura
con los dientes dispuestos y la marca del hambre
como una flor de lis. El olor de la sangre
asfixiando los sueños de la ninfa más pura.
Aún recuerdo el arrojo, la sed desesperada,
el insomnio perpetuo estirando la vida
hasta casi romperla, las leyendas prohibidas,
la fiebre que encendía, el aire que abrasaba.
¿Cómo existir sin ansia que llevarse a la boca
en pedazos jugosos, chorreantes? Veneno
que alimenta y esquilma con idéntico filo.
Será arrojar del alma todo el dios que la toca,
consagrar en la boda los amores de un muerto.
Por salvar la cordura, abdicar de lo vivo.
Revista Alga, nº 77
Castelldefels, primavera 2017